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Iguazú

Pasamos de los 13º de Buenos Aires a aterrizar en el calor tropical del norte de Argentina, en Iguazú, en la frontera con Brasil y Paraguay.


Llegamos abrigados hasta las cejas a los 36º del aeropuerto (y eran las 10:00h, aún tenía que subir el termómetro hasta los 41º, con una humedad del 85%). Como para darte un jamacuco.

La gente del aeropuerto debe estar acostumbrada a ver bajarse a los pasajeros que vienen de Buenos Aires quitándose abrigos, gorros, bufandas, etc., y buscando desesperadamente la sombra.


Aquí se encuentran las cataratas del río Iguazú, unos saltos de agua justo antes de unirse al río Paraná (cuyo final es el Delta del Tigre que vimos hace pocos días, a 30 km de Buenos Aires).

El río Iguazú separa Argentina de Brasil, y es el "palo largo" de una T, cuyo "palo corto" es el río Paraná, que separa Argentina y Brasil de Paraguay. En la confluencia de los dos palos de la T, donde se une el Iguazú al Paraná, cada país ha construido en sus respectivas orillas un mirador, con un hito pintado con los colores de la bandera de su país, que además se ilumina por la noche para deleite de los turistones horteras como nosotros. Ese punto de confluencia se llama "Hito de las tres fronteras", que tampoco es que se hayan roto la cabeza con el nombre. La curiosidad es precisamente esa, estar en un punto desde el cual se divisan tres países juntitos. Las agencias aprovechan de esta particularidad para ofrecer paseos en barco de "recorra tres países en una hora".


Las tres ciudades fronterizas (que conviven al final casi como una sola) son Puerto Iguazú (Argentina), Foz de Iguassu (Brasil) y Ciudad del Este (Paraguay). Nosotros nos hemos alojado en Puerto Iguazú, y esto está continuamente lleno de brasileños y paraguayos que vienen a pasar el día y a comprar de todo, especialmente vino y gasolina (los dos combustibles básicos en esta vida).


El pobre Paraguay se ha quedado fuera del negociazo que suponen los saltos de agua del río Iguazú. Estas cataratas se encuentran entre Brasil y Argentina, quienes han aprovechado para crear unos Parques Nacionales con rutas de visita muy accesibles y muy preparadas para todo tipo de turistas. Largos paseos con pasarelas sobre el propio río que acercan a los visitantes hasta la altura de los saltos, ya sean circuitos elevados para ver la caída desde arriba, ya sean circuitos inferiores con pasarelas que se acercan a los pies de la cascada, donde te cae agua tipo tifón japonés, de la que te tienes que resguardar como buenamente puedas con impermeables, fundas para los móviles y cámaras, paraguas o situándote detrás de turistas gordos que te hagan de parapeto.


El primer día fuimos desde Argentina al lado brasileño de las cataratas. Como fuimos en taxi, pasamos los controles de la frontera argentino-brasileña por un carril especial. Menos mal, porque las filas de coches particulares que se forman para cruzar la frontera pueden llegar a demorarse hasta tres horas. Somos testigos de haber visto estas filas kilométricas.


La visita por el lado brasileño consiste en un paseo que comienza a unos 12 kilómetros desde la entrada del parque, al que te acercan en autobús. Este paseo se encuentra acondicionado, habilitado y accesible para todo el mundo. Discurre paralelo a la orilla del río, con una longitud de un kilómetro, desde donde se contemplan con perspectiva todos los saltos de agua del río Iguazú (las cataratas son un conjunto de saltos de más o menos un kilómetro de extensión, impresionantes tanto vistos individualmente de cerca como en su conjunto tomando un poco de distancia).

Como nos dijo un vecino argentino que tuvimos en Madrid: "Argentina pone la pantalla y Brasil las butacas". Es decir, que los saltos de agua del Iguazú se encuentran en Argentina, donde los puedes ver muy de cerca, pero desde el lado brasileño se pueden ver en su conjunto, ofreciendo un espectáculo único. Una imagen similar a la que tenemos en mente de lo que debe de ser el Paraíso, con todo el agua que asciende desde el fondo de la catarata, cruzada por aves tropicales y arco iris que se forman cuando les de la luz del sol. Sé que puede parecer exagerado o poético, pero es que es tal cual. Solo les falta que suene la música de "La Misión". No se puede describir con palabras lo que es presenciar esta maravilla de la naturaleza. Vamos a colgar fotos y vídeos para ayudar a explicarlo, pero no se acercan ni remotamente a la sensación sobrecogedora que provoca vivirlo en primera persona.

Desde el lado argentino tuvimos la suerte de poder dar un paseo por esta selva, por un sendero habilitado del Parque, el "Sendero Macuco", que es lineal, con un total de 7 km contando el regreso. Este camino te lleva hasta el Salto Arrechea por una senda que te hace sentir como si estuvieras en la película de "Platoon", con todos esos sonidos de jungla.

Hemos de confesar que iniciamos el sendero un poquito asustados (acojonados, vamos, las cosas por su nombre), pero es que para guardarse las espaldas y que no vengas luego con reclamaciones tipo "ese jaguar se ha llevado medio brazo mío", te dejan unas claras instrucciones: "Entra usted en un territorio salvaje bajo su responsabilidad. No salga del camino. No deje que los niños se alejen del grupo principal. No toque nada, ni mueva piedras, pues hay serpientes y arañas. Si se cruza con un puma o con un jaguar, no corra (qué fácil es decirlo) y hágase grande (tal cual, imaginación al poder) y empiece a agitar los brazos y a gritar (mira, eso sí que me saldría natural). Luego, tras leer esto, vas y lo recorres.


Pasado el primer kilómetro del sendero Macuco, donde cualquier ruido de rama hacía que nos arremolináramos todos juntos abrazados, ya nos relajamos, vimos que tampoco pasaba nada, y terminamos disfrutando plenamente de la experiencia. Allí pudimos ver pájaros (los tucanes fueron los más llamativos), mariposas de los colores más variados, lagartos y el plato estrella: las familias de monitos adorables del tipo mono de Ross, de "Friends" (las referencias delatan mi edad).

En este lado argentino de las cataratas han construido tres circuitos para el visitante. Dos recorren los principales saltos a lo largo de un kilómetro: uno por la parte de arriba y otro por la inferior. Ambos te llevan hasta el último salto de este recorrido, el Salto San Martín, de 60 metros de caída, el segundo más alto de todos.


¿Y cuál es el primero? Pues el plato fuerte de las cascadas del Iguazú: La Garganta del Diablo, que ya con ese nombre te haces una idea. Ese es el tercer circuito que han habilitado. A cuatro kilómetros del resto de saltos, un tren te deja en una estación desde la que parte una pasarela de un kilómetro sobre el río Iguazú. En ese trayecto puedes ver aves acuáticas, tortugas y peces de río, especialmente el surubí, muy parecido al barbo, por tamaño y por bigotazos, que aparte de bonito debe estar sabroso, porque lo sirven por esta zona cocinado de diversas formas (nosotros no podemos opinar, que seguimos a base de milanesas).


Al final de esta larga pasarela llegas a este inmenso salto de agua en forma de herradura que llaman la Garganta del Diablo. Estruendoso. Impresionante. Sobrecogedor. No se puede describir con palabras. La cantidad de agua, con una fuerza brutal, y visto desde tan cerca. Un privilegio. Es tan bonito este salto que hemos ido a verlo dos días distintos. El primero de ellos el viento soplaba en nuestra dirección y fue como meterse en una ducha. El segundo pudimos verlo sin viento y apreciarlo sin que pareciéramos el capitán Pescanova en mitad de la tempestad. Hasta pudimos sacar los móviles e inmortalizar el momento. Sacar el móvil el primer día era jugártela a que se quedara convertido en un patito de agua.


No nos enrollamos más. Las fotos dirán más que todas estas palabras. ¡Disfrutadlo!


5 comentarios

5 Comments


Susana
Susana
Oct 15, 2023

Qué envidia!!! Con lo que me gusta a mí un buen salto de agua! Tiene que ser espectacular. Me alegro muchísimo de que lo estéis disfrutando tanto y, sobre todo, de que no os hayáis cruzado con ningún felino salvaje. Un abrazo enorme y a seguir disfrutando!

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José María Verdú
José María Verdú
Oct 04, 2023

¡Menuda experiencia para unos "urbanitas" como vosotros! David debe de estar en la gloria.

Os vais a poner como robles con la comida sana y abundante y el trabajo físico al aire libre.

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Carmen Verdu
Carmen Verdu
Oct 02, 2023

Qué maravilla! Debe ser sobrecogedor ver tanta belleza! . Vuestras caras lo dicen todo! Besos!

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José María Verdú
José María Verdú
Oct 02, 2023

Qué gozada el sendero Macuco!! Os podía haber dado un "jamacuco".

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José María Verdú
José María Verdú
Oct 02, 2023

Efectivamente, es como debió de ser el Paraíso Terrenal!

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