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Granjero busca esposa

  • Foto del escritor: María Verdú Aguilar
    María Verdú Aguilar
  • 17 oct 2023
  • 6 Min. de lectura

Estamos terminando nuestra estancia en Tafí del Valle, en esta casa de campo/granja a la que tan amablemente y con tanto cariño nos han permitido entrar.


Queremos en esta ocasión contar alguna de las cosas más llamativas que hemos vivido. Tened en cuenta que María yo somos dos urbanitas de manual, que lo más rural que hemos experimentado ha sido ver vacas en Asturias y plantar de niños un árbol en el patio del colegio el Día de la Paz (que yo creo que más que árbol era el primer palo que el conserje había encontrado).


Con estos antecedentes, comprenderéis que flipemos aquí con casi todo. Así que aquell@s que estáis familiarizad@s con una vida de campo nos vais a tener que perdonar tanta ignorancia.


En primer lugar, lo que más nos ha llamado la atención ha sido el aprovechamiento y la reutilización de casi todo hasta cerrar un perfecto círculo de reciclaje. Por ejemplo, las compras de frutas, verduras, hortalizas, carnes, etc, o sea, la compra gorda, se hace cada dos semanas más o menos y se desplazan con un remolque enganchado a su coche a un mercado que se encuentra a dos horas de Tafí donde se concentran todos los productores de la provincia de Tucumán.


El remolque y el coche vuelven cargados hasta arriba de sacos y cajas enormes de tomates, calabazas, judías, frutas, cacahuetes... Por cierto, si existe un ámbito en el que hay mayores diferencias a la hora de nombrar las cosas entre argentinos y españoles, ese es el de los productos del campo: la calabaza es el zapallo, el cacahuete el maní (hola, Canarias), el guisante la arbeja, la judía el poroto, el maíz el choclo y así un largo etcétera. Así que cuando nos dijeron que si nos parecía bien que compraran unos zapallitos, para hacerlos con choclo y arbejas, dijimos que sí y cruzamos los dedos rezando para que nos gustara lo que trajeran.


Volviendo al tema del aprovechamiento: Todas esas verduras y hortalizas, compradas en cantidades tamaño Mercamadrid, para que no se echen a perder las preparan para congelarlas. Quitar cáscaras o vainas, vaciarlas de semillas y pulpas, cortarlas, darles un pequeño hervor antes de meter en el arcón frigo, envasarlas... Cada producto lleva su ritual. No exagero si digo que preparar toda la compra para su almacenamiento y conservación supone un trabajo en la cocina para cuatro personas durante dos días.


Y aquí llega lo interesante: Cada cáscara o desecho de la hortaliza o fruta que no se va a consumir se aprovecha de alguna manera, ya sea para el compostaje, ya sea para las gallinas, codornices, gansos, patos y demás animales de corral, o directamente de abono para el huerto. Incluso algunos desechos sirven para acabar de manera natural con los bichejos que se comen los cultivos, como las hormigas. Es el caso de la piel de las naranjas. Dejan que la cáscara coja moho (ellos adrede, no como las de nuestra cocina). Las colocan a los pies de los árboles frutales y, por lo visto, de alguna manera que no me quedó muy clara, ese moho termina con el hormiguero. Maligno, pero sin química industrial. No sé cuánto de cierto hay en esto, pero así nos lo han contado.


Incluso ciertos desechos sirven para alimentar peces que tienen en una balsa, y luego el agua de ese estanque se usa para regar las semillas que cultivan en un invernadero porque al parecer está enriquecida con la orina y excrementos del pez (uhmmm, qué rico).


Esas semillas del invernadero, que luego se terminarán trasplantando al huerto, comienzan a cultivarse en recipientes de diversos tamaños. Es como el karma, que vas pasando de nivel. Comienzan las semillas en un recipiente muy chiquito, tamaño petit suisse, luego ya se trasplantan a yogures y por último, eso ya debe ser como un palacio para la semilla, a recipientes hechos con las bases de los tetrabriks cortados por la mitad (todo se aprovecha).



Y todo lo orgánico que no se use para dar de comer al perro Jambao o a las gatitas Muxu y Tita, va a un cubo de la cocina, y de ahí al compost, que suena muy bien, muy alemán y muy ecológico pero que no deja de ser una montaña de m.... que cada día que pasa va oliendo peor y peor. ¡Y ahí entramos en juego María y yo! ¡Calentad, que salís!


Todo es muy idílico en una granja hasta que te explican que quieren que hagas unos bancales del huerto. Se trata de preparar el terreno para esas semillitas tan monas de las que hablaba que se encontraban en su magnífico chalet tetrabrik. Y por lo visto, lo mejor para que crezcan fuertes y se arraiguen es que la tierra tenga un buen compost. Así que hala, aquí tenéis la pala y aquí la carretilla.... Go!


Entre palada y palada de compost, disfrutando de los aromas rurales, tuve muchos pensamientos para mi mujer. Recuerdos de esos momentos en el salón de un cómodo piso de ciudad en los que me comentaba lo interesante que sería realizar unos trabajillos de jardín a cambio de alojamiento, que yo pensaba que iba a ir a regar hortensias y poco más. Cómo me engaña, la tía. Y yo siempre me lo creo.

Así que estoy preparado para concursar en Granjero busca esposa, pero una esposa de ciudad, por favor, cuya noción de aventura y riesgo sea elegir una serie de Netflix así a lo loco, sin mirar.


Ni que decir tiene que acabé con ocho contracturas de músculos que no sabía ni que existían, y que desde ese momento usan mis manos de lija para quitar el gotelé de las paredes, porque lo más duro que había tocado hasta la fecha había sido un boli bic. Tras una ducha en salfuman para intentar quitar el delicioso olor orgánico de la naturaleza, creo que volví a ser persona. Y tampoco podemos quejarnos, que todo es susceptible siempre de ir a peor. Al parecer, tienen la idea de que el futuro abono de las semillas, en lugar del compost casero que hacen, sea a base de caca de vaca. Ahí lo dejo, futuros work awayers.


La ducha es otro tema aquí: En esta casa el agua caliente se obtiene a través de unos depósitos que se calientan con unos paneles solares. ¡Qué guay! ¿no? Pues depende. Si está soleado sí, pero si está nublado.... ajo y agua fría. Así que los niños están todo el día haciendo la danza de la lluvia y cruzando los dedos para que no salga el sol. Uno nunca sabe cuándo será su próxima ducha caliente. Ya no miramos la previsión del tiempo para saber si coger el paraguas o la manga corta, sino para saber cuándo podemos quedar con amigos o no.


No quisiéramos terminar esta entrada diciendo que, a pesar de todo lo contado con un toque de humor, estamos aquí de maravilla y nos tratan fenomenal. Y lo del compost no ha sido para tanto y solo fueron dos días. Otros días han sido maravillosos preparando comida, viendo los pollitos de las gallinas, o trasplantando las semillas del invernadero mientras escuchábamos música clásica (una tarea muy relajante). Y que en Argentina nos encontramos muy bien, como en casa, a pesar de que cuando escuchas a tres tucumanos hablando entre ellos te enteras casi mejor de una conferencia de cirugía cardiovascular en japonés.


En una de esas conversaciones me anoté algo que espero poder utilizar para mi provecho más adelante, para librarme de alguna tarea doméstica. Parece ser que aquí solo son las mujeres las que recolectan los arándanos, porque dicen que tienen el ph de las manos más bajo que el de los hombres, y así no se estropea la fruta. Es magnífico. Yo me lo apunto. Es la mejor excusa para no dar ni golpe que se ha inventado. Me imagino al granjero tucumano rebajando la acidez de su ph con una buena cerveza Quilmes viendo el Argentina-Brasil diciéndole a su mujer "Ay, qué más quisiera yo que ir a recolectar a la huerta, pero mira qué desgracia de ph que tengo en mis manos".


Lástima que esté la economía argentina tan tocada y algunos lo estén pasando mal. La inflación es algo tremendo. Como ejemplo, en las tres semanas que llevamos aquí, ya valen mucho menos los pesos que cambiamos. Hace tres semanas obtenías 700 pesos (ARS) por un dólar ($), y ahora obtendríamos 1.000 ARS. Caída en barrena. No me extraña que haya largas colas de gente queriendo cambiar sus pesos por dólares. Y lo sangrante es que el cambio oficial sigue siendo a 345 pesos el dólar. El banco te da esa cantidad por un dólar, mientras que cualquiera de las miles de casas de cambio que ves por todos sitios te darían 1.000 pesos. Y para más inri, las elecciones a la vuelta de la esquina, el 22 de octubre, con unos candidatos a cuál más exaltado y la población totalmente dividida por la mitad. Dato electoral curioso: al parecer, en Argentina (lo mismo pasa en Brasil) los bares cierran el día de las elecciones y no se puede vender alcohol (veda electoral lo llaman). Será para no calentar más los ánimos, supongo.


Eso en España iría en contra de la democracia, pues a más de uno solo le motiva acercarse el domingo a la cita electoral por el aperitivo de después. Debe de ser por eso que en Argentina votar es una obligación del ciudadano y, que si no lo haces, te multan... Aunque la multa se debió fijar en aquella época no tan lejana en que el valor del peso argentino estaba a la par con el del dólar, porque son 50 pesos, lo que en la actualidad son 5 centavos de dólar (y bajando).


Y hasta aquí la crónica de unos urbanitas españoles contada con ojos de marciano extraviado sobre todo aquello que ven, oyen y sienten en este bello y complicado país, Argentina.


4 Comments


Alfonso Puig Marimon
Alfonso Puig Marimon
Oct 18, 2023

Me recuerda a lo que oía, aquí en Polinyá, hace 25-30 años, a los que tenían animales en los corrales de las casas, los restos de las comidas para los patos, gallinas, etc. y los "restos" personales los iban guardando para preparar los melonares, tomateras, o lo que se brindase. .Pero ahora ya "semos maa nodennos". En fin me dais animos para seguir vuestras aventuras y pasar unos minutos agradables con vuestro relato. Saludos, Alfonso y Rosa Mª

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Carmen Verdu
Carmen Verdu
Oct 17, 2023

Qué bien me lo he pasado leyendo el post de hoy! Y sobre todo imaginando lo bien que os lo habéis pasado con el compost.. jaja.. Pero habéis exagerado un poco, que al menos Maria fue scout! Aprovecho para dar fe del rico potaje de arbejas de la mamma! Me encanta también la sección de fotos y poder ver a la estupenda familia (de personas y de mascotas) con quien habéis pasado tan buena estancia. 😍. Os veo muy guapos a todos. Bss

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José María Verdú
José María Verdú
Oct 17, 2023

¡Qué experiencia tan interesante para chicos y grandes! Ahora no encontraréis "caros" los productos del campo!!! Nota para "peninsulares" en Canarias los guisantes son "arbejas", como en Argentina. Tu suegra, Diego, hace un potaje de arbejas riquísimo.

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Julia Soto
Julia Soto
Oct 17, 2023

Qué maravilla de aventura, Diego!! Disfrutadlo a tope. Un abrazo grande.

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