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Dunedin (I). Playas y gusiluces.

  • Foto del escritor: Diego García García
    Diego García García
  • 19 dic 2023
  • 5 Min. de lectura

De los creadores de "Dos gatas madrugadoras asesinas en Invercargill", llega a sus pantallas "Ataque letal a lametazos en Dunedin".


Hemos venido hasta Dunedin, otra ciudad al sur de NZ, un poquito más grande que Invercargill, pero poco más, para pasar 5 semanas por esta zona en una pedazo de casa brutal a cambio de cuidar 20 kilos de pelo y amor, conocida como Dobby, una perrita adorable que si bien nos recibió a ladridos, al segundo ya estaba sacando toda su colección de peluches mordisqueados en señal de amistad.


Al igual que Invercargill, Dunedin no se encuentra entre los principales lugares de las guías turísiticas, pero excarvando un poco nos hemos dado cuenta de la cantidad de planes que se pueden hacer por aquí.


Para empezar, decir que los dueños no pueden ser más majos. Norm y su mujer KJ, junto a su hijo Ryan, nos han abierto las puertas de su casa de par en par, sin peros ni preguntas, en una muestra de confianza y amistad que aún me sorprende.


Nos fueron a recoger a la parada del autobús que nos trajo de Invercargill. Nos alojaron en la planta baja de la casa, donde además de dos habitaciones tienen un baño y una cocina; y, lo que es más importante y nos hace plantearnos si no cambiar las cerraduras: una diana de dardos, una mesa de billar y una barra de bar ¡con grifo de cerveza a presión incluido! (les va a costar echarnos).


Esa misma tarde prepararon en el jardín de la casa una barbacoa con, entre otras muchas delicias, "chorizo", o lo más parecido que encontraron en el súper. Todo parecido con los choricitos del Puerto de Navacerrada es pura coincidencia, pero se agradece el detalle.



El caso es que la dueña de la casa, KJ (aún estamos intentanto averiguar su nombre completo), tiene casa en Murcia. Son ingleses que han venido a comenzar una nueva vida en Nueva Zelanda, y como todo inglés que se precie, tiene su "villa" en la costa mediterránea española. El caso es que, gracias a esto, le tienen simpatía a España y ese fue el motivo de que se decidieran por nosotros para hacer el House Sitting de su casa y de su perra Dobby desde la primera reunión por Whatsapp que tuvimos en agosto.



Como hemos venido en plena época navideña y tenemos niños, nos llevaron al día siguiente a la "cabalgata de Santa", donde la flor y nata de la comunidad dunedina prepara su propia carroza para hacer un desfile muy divertido y entrañable de Navidad, seguido de un concierto en la plaza del pueblo, que aquí se conoce como "The Octagon", porque tiene forma de octógono, como dato curioso.



Del desfile, aparte de la última carroza de Santa Claus, por supuesto, nos quedamos con el desfile del grupo de gaiteros y con el del equipo de rugby local, los Highlanders, que nos hemos enterado que no solo son bastante potables dentro la liga nacional sino que además algunos de sus miembros son también seleccionados para jugar con los All Blacks. De pronto, vimos llegar a una cantidad de tíos enormes como torres. María dejó por un momento de hacer fotos y se le quedó la boca abierta (no lo entiendo, debería de estar acostumbrada). Y todo el mundo se puso como loco a chocar las manos de estas montañas humanas, mientras nosotros nos preguntábamos quiénes podían ser. Algo así como ver desfilar a jugadores del Madrid y que un par de turistas kiwis se queden indiferentes frente a ellos preguntándose si tomar cocido o paella ese día mientras la gente se mata por tocarlos.



De los alrededores de la ciudad, lo que más nos ha gustado por el momento han sido las playas brutales e inmensas que tienen por los alrededores. Son salvajes, y puedes visitarlas y caminar por ellas prácticamente solo, cual Charlton Heston en El planeta de los simios. Por un momento te sientes como un descubridor de algún nuevo territorio virgen e inexplorado. Eso sí, no son playas de Murcia, precisamente. Paseas por ellas con botas, abrigo, bufanda, gorro.... resguardándote de fríos ventorrones. Y lo que es sacar el bañador y meterse al agua, pues poco. Si acaso, ves a alguno de estos kiwis acostumbrados a estas temperaturas metidos en su traje térmico esperando encima de su tabla una ola para surfearla; pero desde luego no se ve ninguna abuela con la falda arremangada refrescándose las pantorillas.


A Dobby le encanta salir a pasear y jugar en estas playas. Son inmensas y la arena está muy dura por las grandes mareas que tienen, así que se convierten en una buena pista para batir sus récords de velocidad. Le lanzamos una pelota con ayuda de un palo lanzador que las proyecta lejos, lejos, lejos y, en posición aerodinámica y orejas replegadas, mi perra galopa y corta el viento caminito de Dunedin.





Aparte de las playas, KJ (vamos a tener que llamarla Karmen Josefa o algo así, que nos suena raro lo de KJ) nos llevó una noche a ver los glow worms, un espectáculo mágico digno de ver. La traducción más fiel de "glow worm" sería "gusiluz". Se trata de un gusano (oh, qué asco) que brilla en la oscuridad (oh, qué bonito).


Hay varios sitios en NZ donde se pueden ver, la mayoría en cuevas, pero estos cerca de Dunedin se encuentran al aire libre, en las paredes verticales llenas de vegetación que encauzan un río. El espectáculo es que parece que no hay nada al principio cuando llegas, aún con claridad, y según va haciéndose la noche más cerrada, van apareciendo poco a poco como estrellas en las paredes. Al principio, unos pocos puntos luminosos blanco azulados, y según crece la oscuridad, un "cielo estrellado". No son luciérnagas, que vuelan y brillan. Estos son los capullos, con perdón, de esta especie de gusano, que crecen en sitios oscuros y húmedos y por la noche brillan para atraer insectos que zamparse (maquiavélico).


Por lo demás, nos dedicamos a disfrutar de nuestra estancia y a intentar hacernos dunedinos. Nos hemos sacado la tarjeta del supermercado y el carnet de la biblioteca local, así que ya estamos a un paso y medio de que nos dejen desfilar en la cabalgata de las próximas navidades.


Destacamos de la propia ciudad de Dunedin dos de los planes que por el momento hemos hecho:


Por un lado, Dunedin alberga, según el Libro Guinness, la calle más empinada del mundo (yo creo que eso es porque no han pasado por Toledo). Se trata de Baldwin Street y realmente es empinada. Hay momentos que no sabes si andar o empezar a escalar. Y si miras para abajo muy rápido o te descuidas y te echas un poco para atrás, mareo y vértigo garantizado. Conseguimos subirla como campeones y hacernos una foto en lo alto en cuanto pudimos recuperar el aliento (la perra no era la única que estaba con la lengua fuera).




La otra curiosidad es que esta ciudad, que alberga una Universidad, por cierto, la Universidad de Otago, se precia de ser algo así como la capital cultural, y tiene, para su tamaño, bastantes librerías, galerías de arte, cines... Y una de las atracciones culturales que publicita es su arte grafitero. Tienen un recorrido por sus calles donde puedes contemplar grandes fachadas pintadas con mucho estilo, con grafitis enormes aprovechando los rincones de las estructuras de los edificios, complicados de elaborar, muy creativos y muy fascinantes, todos ellos con el nombre de la obra y del / la artista.



Y por el momento, eso es básicamente todo. Seguimos esperando ese verano que no llega. O peor aún, a lo mejor, estos 15 grados y nubosidad que tenemos es lo que esta gente considera verano... Vamos a preguntar a Karmen Josefa por esa casa de Murcia, a ver si tiene un canario que cuidar.


¡Feliz Navidad a tod@s!





5 Comments


Lorenzo Pérez
Lorenzo Pérez
Dec 20, 2023

Qué interesante todo lo que publicais. Me resulta curiosa esa forma de cambiar cuidados perrunos por hospedaje. La familia parece muy maja. Desde Alicante, donde por cierto también tenemos unas playas magníficas, ¡¡ Feliz Navidad !!

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Carmen Verdu
Carmen Verdu
Dec 19, 2023

Qué suerte haber dado con una familia tan estupenda! Siendo ingleses. yo diría que ella se llama Kamila Johnson (KJ) . El detalle de comprar chorizo me parece lo más! Y, todo suena a que mantendréis el contacto y que pasaréis algunas vacaciones en la costa Murciana! . Ellos también han dado con buenos huéspedes.!

Felices fiestas Kiwis!!


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Elena M
Elena M
Dec 19, 2023

Me están entrando ganas de visitar Nueva Zelanda (ya las tenía, pero ahora más)

¡Felices fiestas, familia!

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Alfonso Puig Marimon
Alfonso Puig Marimon
Dec 19, 2023

Preciosa ciudad Invercargill. la he visto por el Google Earth. Notamos que lo estáis pasando muy bien. Habeis bisto alguna plantación de kiwis?

Ah!!!! Diles a tus amigos que, si necesitan algo de Murcia, nosotros vivimos muy cerca, a penas 200 km." ná", a un tiro de piedra.

Que paseis unas buenas navidades en "nuestras" antípodas. Abrazos para todos.

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María Verdú Aguilar
María Verdú Aguilar
Dec 19, 2023
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Un abrazo, familia, y feliz Navidad!

No hemos visto plantaciones de kiwis, solo en el súper, y están riquísimos. Y al pájaro kiwi en un refugio de aves.

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